"De forma neutral la propaganda es definida como una forma
intencional y sistemática de persuasión con fines ideológicos, políticos o
comerciales, con el intento de influir en las emociones, actitudes, opiniones y
acciones de los grupos de destinatarios específicos a través de la transmisión
controlada de información parcial (que puede o no basarse en hechos) a través
de los medios de comunicación masiva y directa."
Richard Alan
Nelson, 1996.
Violet Edwards define la propaganda como “la
expresión de una opinión o una acción por individuos o grupos deliberadamente
orientada a influir opiniones o acciones de otros individuos o grupos para unos fines
determinados” (1938:40)
La
propaganda es casi tan Antigua como el hombre. Desde que el hombre busca
organizarse social y políticamente, también busca influir en la conducta de las
personas en su favor, es por esto que surge la propaganda en un principio con
fines religiosos, y evolucionando hasta enfocarse en la política y en un término
igualmente antiguo, la opinión publica.
Pizarroso
2003, un aspecto fundamental de la propaganda es la persuasión, “promover una
dependencia interactiva emisor - receptor con el objetivo de influir sobre el.
Por ellos una propaganda es un proceso de persuasión a su vez basado en técnicas
psicológicas y la sugestión.”
Sun Tzu en su libro El Arte de la Guerra escrito
aproximadamente en el año 500 antes de Cristo, enseña que la guerra se basa en
una serie de estrategias para confundir y vencer sobre el enemigo, pero el
mayor desafío para los lideres guerreros era persuadir a los soldados para ir a
la guerra, por lo que debían tener una alta formación oral para convencer y
persuadir.
Nicolás
Maquiavelo (1513) en sus teorías jurídico políticas, recomendaba al príncipe
que debía hacerse respetar por sus súbditos mediante el engaño, miedo y
astucia, pero antes de hacerlo debía persuadirlos, había que usar la propaganda
política para lograr sus objetivos.
En
la época feudal, también llamada era del absolutismo se evidencia el uso de la
propaganda tanto religiosa como política. La iglesia ejercía gran persuasión
sobre el pueblo con el habla y el miedo, mas sin embargo los llamados “renacentistas”
influyen sobre la sociedad mediante una propaganda un poco más profunda, es
decir, discursos, canciones, símbolos.
Se
emplearon mensajes destinados a canalizar emociones, tanto de valor como de
odio, a estimular el esfuerzo industrial, a promocionar el ahorro de
determinados productos, como combustible y ciertos alimentos, a pedir la
discreción ante el peligro de los espías, a obtener préstamos de guerra, a
organizar servicios sanitarios, de bomberos o de policías, etc. También las
organizaciones caritativas hacían campañas destinadas a ayudar a los combatientes,
a los prisioneros de guerra, los mutilados y las víctimas civiles.
A
partir del siglo XX se estudia de manera más compleja la propaganda y su
difusión se vuelve más metódica y programada. Con esta guerra hace que las estrategias
de la propaganda política se concentren primero, en los medios de comunicación
masivos, y además se toquen sentimientos diversos en la población.
Anton
2007, la propaganda es efectiva cuando no supone una amenaza para las
convicciones de la población receptora, cuando no choca frontalmente con los
intereses de la audiencia. En unos casos se apelara al amor, otras al miedo,
ira, esperanza, o la culpa.
A
mitades del mismo siglo XX, llega la Segunda
Guerra Mundial, un gran catalizador de la propaganda política,
pues Josef Goebbels, responsable del Ministerio
de Educación Popular y Propaganda, en la Alemania Nazi , tuvo un papel
clave dentro del estudio, avance y eficacia dentro de la propaganda al
establecer todo un sistema político en este fenómeno.
Joseph
Goebbels fue el primero en sintetizar en un gobierno los principios de la
propaganda, principios por los cuales se guiaría desde 1930 cuando fue nombrado
por Hitler jefe de propaganda del NSDAP. Cuando el führer asumió el gobierno en 1933, fue declarado ministro de propaganda e ilustración popular.
Lo primero que hizo para
tener un mayor resultado con su propaganda política fue controlar y censurar
todos los medios de comunicación y recreación existentes en la época, cine,
radio, prensa, teatros y la literatura.
La mayor parte de las
técnicas que emplea la propaganda se sustentan en mecanismos muy simples y
comunes a la mente humana:
Brown, 19991 “La mayoría de
la gente quiere creer que los problemas son sencillos en vez de complejos,
quiere que se confirmen sus prejuicios, quiere sentir que no está marginada, lo
que implica que los otros sí lo estén, y necesitan señalar a un enemigo que
cargue con sus frustraciones”
P. Quentin fue el autor, que
en 1943, recopiló los principios de la propaganda científica. En cambio, fue
J.M. Domenach el encargado más tarde de difundirlas en La propagande politique.
Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al
adversario en un único enemigo.
Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos,
respondiendo el ataque con el ataque. «Si no puedes negar las malas
noticias, inventa otras que las distraigan».
Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza
grave.
Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos
inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la
masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La
capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además,
tienen gran facilidad para olvidar.
Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y
repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes
perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni
dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite
suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
Principio de renovación. Hay que
emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que,
cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las
respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente
de acusaciones.
Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de
los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y
disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando
con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un
sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y
prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar
en actitudes primitivas.
Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el
mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.
Después
de estas dos guerras, las más importantes de la historia, podemos observar que
la propaganda ha jugado un gran papel en posteriores guerras, como el caso de
la guerra fría, la guerra de Vietman, entre otras, tanto a nivel nacional como
internacional en cada país del mundo.
En
la actualidad, el uso de la propaganda política es más extenso, es usado en
partidos políticos o elecciones de representantes de gobierno, jugando un gran
papel los medios de comunicaciones masivas tradicionales, radio, televisión,
prensa, y medios de comunicación alternativos, digitales.
En
Venezuela, actualmente vivimos en una sociedad polarizada por sus ideales
políticos, bastante marcada, oficialismo y oposición, los cuales hacen un gran
uso de la propaganda política para atraer simpatizantes. Con las prontas
elecciones esta propaganda se intesifica, y hasta cierto punto, como ya hemos
visto anteriormente en nuestra historia, se vuelve deshonesta.
Este
concepto y sus técnicas, se pueden vislumbrar claramente en la campaña
presidencial por la reforma constitucional “si” “no” del 2007. El Presidente
Chávez hizo una gran campaña propagandista basada en logos, música, colores, discursos,
concentraciones que aunque no tuvo el efecto esperado, es un claro ejemplo de
propaganda en nuestro país.
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